¿Se han imaginado cómo se verían los monstruos que cometen pecados en la semana más importante del catolicismo? Aquí un bestiario representativo de algunos mitos de la semana sacra. Porque el que reza y peca, se convierte en bestia.
Por: Andrés Salazar
Ilustraciones: Santiago Ayerbe
El número 40 es un número clave en las lecturas e interpretaciones bíblicas (y en la música también, o sino pregúntenle a Juan Luis Guerra, el bachatero de Dios, pero eso será material para otra ocasión). Aunque no se trate de una cifra simbólica, es decir, que a partir de ella se deduzcan otras cosas, sí es un número con sentido literal en las sagradas escrituras del cristianismo. Es decir, 40 días significan, 40 días, y nada más.
Pero, por otro lado, así sea un número con sentido literal, sí tiene un significado. En la Biblia el 4 simboliza el universo material, seguido de ceros que representan el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades.
Por ejemplo, en el Nuevo Testamento, Jesús pasó 40 días con sus 40 noches caminando por el desierto, antes de comenzar su vida pública, siendo tentado por el Diablo con diferentes pruebas, todas, superadas, para infortunio de Satán y todos sus esbirros.
Otro de los claros ejemplos del 4 y el 0 es la Cuaresma, según los católicos, un tiempo de conversión y preparación para el momento culmen de su historia litúrgica: la pasión, crucifixión y posterior resurrección de Jesucristo. La cuaresma inicia el miércoles de ceniza y dura 40 días, hasta la llegada de la Semana Santa, o como dicen los más creyentes, la Semana Mayor.
¿Y qué es la Semana Santa?
La Semana Santa, Semana Mayor o Semana Sacra, es el periodo de 8 días, desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección, donde el cristianismo conmemora el triduo pascual, es decir, lo que les mencionamos arriba: la pasión, muerte y reencarnación de “Yisus”.
Además de conmemorar los eventos centrales de la Semana Santa, el Jueves, Viernes y Domingo Santo, esos días, según el catolicismo, son para dedicarse a la oración y a reflexionar sobre Jesucristo, sobre sus actos de sacrificio por la humanidad y sobre el “pecado”. Es, en otras palabras, una semana para meditar y acercarse más a Dios, si es que cree en él.
Como actos y manifestaciones de autosacrificio, los creyentes llevan a cabo diferentes “penitencias” las cuales, según ellos, los liberan de pecados y los “convierten”. Entre esos actos, están, por ejemplo, el ayunar, guardar silencio y no comer carne el Viernes Santo, pero ¿Qué pasa si algunas de esas prohibiciones son incumplidas?
Mitos pecaminosos de la Semana Sacra
Dejemos un poco de lado las explicaciones religiosas y metámonos de lleno en un terreno fangoso y “pecaminoso”, un terreno que en Colombia es tan sagrado como discutido, y es eso que pasa cuando se sobrepasan los límites de lo permitido en la Semana Mayor.
Seguramente habitantes de otras latitudes religiosas envidiarían nuestro folclor y nuestro desparpajo al momento de asumir y señalar los pecados por portarse mal en Semana Santa. Y es que nuestras creencias populares nos permiten alcanzar situaciones inimaginadas, ficticias y casi que bizarras al momento de dibujar los castigos divinos frente al pecado.
No podemos negarlo, nuestros abuelos, bisabuelos y tatarabuelos son los artífices de dichos imaginarios que hasta el día de hoy siguen agobiando a muchos. Claro, cada vez con menos intensidad pero aún guardando cierto miedo a lo que pueda pasar, a la oscuridad desconcertante y a las ficciones probables. Y bueno, tampoco nos digamos mentiras, nuestros ancestros pudieron ser testigos de los castigos por retar al todopoderoso, presenciando transformaciones monstruosas de los más pecadores, pero seguramente debieron huir a otra dimensión cansados de la discriminación, rechazo, racismo, matoneo, abandono y faltas de oportunidad por parte de gobiernos derechosos o izquierdosos. ¡Qué triste!
Ya que estamos en medio de la Semana Sacra quisimos describir algunos de esos mitos pecaminosos en los que se puede caer durante estos días, ilustrarlos y armar todo un bestiario para que pasen dos cosas: o sientan el verdadero temor de Dios o disfruten del grupo de monstruos en los que se podrían convertir si quiebran algunas de las leyes divinas.
Mito # 1: La calle de las sirenas
Mito # 2: Ahí va la serpiente
Mito # 3: Y como los gorilas
Mito # 4: Te busqué, en mi auto rojo a las 6
Mito # 5: Sexo compro, sexo vendo, sexo arriendo, sexo ofrezco
Mito # 6 Come de mí, come de mi carne
Mito # 7: Me como un buen desayuno y no hago más na’
Mito # 8: El diablo es malo y nos corrompe
Mito # 9: Porque yo, no quiero trabajar, no quiero ir a estudiar
Mito # 10: El extraño de pelo largo